lunes, 18 de noviembre de 2019

Sin haberlo pedido.

Dónde está la belleza? -preguntó a un grupo de personas que como él esperaban el autobús- mujeres y hombres lo oyeron impávidos, tenían el rostro cansado y las manos heladas esperaban el autobús en silencio ensimismados cada quien en deudas atrasadas, en recientes experiencias lacerantes de abortos clandestinos, encorvados emocionalmente, por años de estar cargando iras y anhelos añejándolas en sus almas.

¿Cómo dice? -retrucó un hombre tocándole el hombro-
¿Dónde está la belleza? ¿lo sabe? -repitió la pregunta- animado por el inusitado interés de aquél hombre.

¿La belleza? es una cuestión de puntos de vista, creo. -Una señora asintió con la cabeza aprobando la respuesta dada-.

Entonces, ¿dónde está? -insistió-.

Ya le dije, ¿no entiende? -le contestó de mala manera- mirando a ver si de una buena vez se aparece el autobús.

Ya entiendo, entonces la muerte puede ser bella y la pobreza un bien.

Lo miraron como reconociendo que todos han sido embaucados con "eso de que la vida es la felicidad"

Oiga, yo tampoco comprendo a este mundo, estoy en el al igual que usted y al igual que todos, sin haberlo pedido -le contestó con amargura- apartándolo al ver que el autobús ya venía. Uno a uno empezaron a subirse al vehículo que cada noche los llevaba de vuelta a sus íntimas miserias.

Fin.

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