miércoles, 18 de septiembre de 2019

Un día especial.

Desde que despertó sentía que aquél no era un día como cualquier otro, su interior se lo decía. Su mente hacía mucho que sólo podía consignar lejanos susurros de voces ya irreconocibles, siluetas deformes de recuerdos fragmentados e incoloros de una vida -su vida- que ya no sabe si fue intensa o infeliz, sólo recuerda que alguna vez tuvo una.

Suponía mientras daba pasos temblorosos, torpes, y cansinos dentro de la pequeña habitación que tal vez sea su cumpleaños o su aniversario de bodas quizá el cumpleaños de alguien muy especial y querido para él o acaso un año más de la muerte de uno de sus padres o hermanos.

Descorazonado buscó dentro del armario el único terno que sobrevivió probablemente de algún trabajo de oficina o de algún evento en particular, pues entre lágrimas convino que cualquiera sea la ocasión ese terno acompañaba bien.

Afuera de su habitación, empleadas comentaban -algunas con tristeza y otras cuántas con indiferencia- que un día como hoy -hace un año- su hija lo internó en el asilo estatal y no regresó nunca más. Dejándolo abandonado al desventurado anciano.

Fin.

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