martes, 21 de marzo de 2017

La sed de dios.

Despertó con un insoportable sabor a agrura en la boca. El televisor pasaba la misma noticia que había visto antes de quedarse dormido.

Enfurecido lo apagó. Siempre es lo mismo dicen que informan pero nos aturden con las mismas noticias -murmuró desencantado-

Derrotado dejó caer su humanidad en el sofá empezó a observar cada una de las cosas que había en su sala lo hacía con desdén y desapego ¿Cuándo compré todas estas tonterías? ¿Tan mal gusto tengo?
Con razón nadie viene a visitarme Con razón nadie acepta venir cuando los invito ¡Bah! ¡Imbéciles!

Pero eso no era tan cierto. Perlita sí lo buscaba, sí lo llamaba para saber cómo estaba. Perlita sí entraba en su cama aún a sabiendas que ese amargado inconformista no la dejaba entrar en su vida. Perlita -Tan menuda ella- Tenía los ovarios bien puestos para enfrentarlo y obligarlo a que se vaya a su casa cuando lo encontraba tan borracho que deliraba en la cantina del tío Rulo. Nadie se atrevía pues era un tipo corpulento y de aspecto amenazante.

La agrura y la boca reseca lo agobiaban. La hora avanzaba y pronto tenía que estar en la reunión del sindicato. Entró a la ducha y mientras el agua sacaba el sudor de su piel levantaba una botella de vodka que tenía en el baño, bebía de a sorbos entre jabonadas y el shampoo, ya el buen ánimo se restablecía en él. Al cerrar la llave de la ducha ya tarareaba una canción y una sonrisa amplia asomaba frente al espejo.

Dejó la botella en el lugar acostumbrado. Al entrar a su dormitorio para vestirse levantó otra botella que también allí esperaba por él encendió la radio alzó el volúmen y entre bailes se vestía y bebía estaba al tope esa era su noche. Revisó su discurso y sin más lo arrugó y lo apretó tirándolo al rincón tras un prolongado sorbo de vodka.

El cambio era ostensiblemente visible. De ser un guiñapo de hombre amargado y reprimido pasó a ser el altivo y elocuente líder que aspiraba la secretaría de los trabajores. Era bien visto por las bases, un efusivo y contundente discurso sólo lo separaba de ser el hombre que guie los destinos de cientos de trabajadores que hallaban en él al gran líder sindical que custodie y consiga las mejoras salariales y derechos laborales de todos ellos. Era una constante lucha interna la que llevaba consigo mismo pues sentía pánico de las masas pero al mismo tiempo tenía esa sed que le daba las agallas y un poder de convencimiento entre las masas que lo endiosaban.

Al rato llegó Perlita, la recibió con un efusivo abrazo. ¡Perlita! querida mía. La besó dos tres cuatro veces. Ya estás borracho ¿Por qué sigues con esto? ¿Crees que vas a poder engañar a todos?
Ahora sólo es el sindicato pero todos te quieren postular al congreso ese ya es otro nivel son otras reglas con enemigos más peligrosos de los que ahora puedes manejar y asustar.

¿Para eso has venido maldita? La empujó con fuerza contra la pared -Nunca antes la había tratado ni tocado así-. ¿Qué diferencia hay entre esos corruptos sindicalistas que manejan la cúpula y los que nos roban desde el congreso? Perlita tú eres la única que lo sabe. ¡Mírame!¡Mírame! como me ven los demás, ellos, no ven mi sed mujer. Ellos ven y sienten el poder que obtengo cuando calmo mi sed. Le respondío bebiendo profúsamente de la botella listo para irse.

Adolorida y algo maltrecha en su orgullo y en su espalda se le acercó para acomodarle el nudo de la corbata. De pronto la botella cayó de sus manos tras un ruido seco que rebotó en su cara para ahogarse entre los adornos y cuadros que pendían de la pared esos, de los que él renegaba y que nada le significaban. Si yo te viera como ellos te ven ya te estaría cobrando cada vez que caliento tu cuerpo y tu cama. Perlita lo dejó con la cara roja y medio adormecida por la cachetada que le propinó.

¡Perla!¡Perla! ¡La realidad no es una opción!¡Mujer! ¡Si no la quieres aceptar igual te pasa por encima! ¡Yo la afronto como puedo! ¡No lo ves! ¡¿No lo entiendes?! ¡Mujer!
Le gritaba mientras oía cada vez más lejano el eco de sus tacones. Afuera Perlita se detuvo por un momento. El intenso dolor en su mano por el golpe recorría su menuda humanidad hasta punzarle el alma. Lo sucedido ya era irreversible. Alcanzó a verlo salir y subirse a un auto que ya lo esperaba en la entrada de su casa.

Tres años después... Una tibia mañana de primavera Perlita todavía algo adormilada presurosa abrió su ventana para ver quién tocaba su puerta a tan tempranas horas. Era un joven que no paraba de recibir llamadas en su celular caminaba de un lado a otro ¡¿Qué desea?! El joven paró de hablar.
¿Es usted Perla Sánchez? ¿Quién pregunta? Vengo de parte de... El celular sonaba otra vez. Se apartó para hablar. ¡Oiga! ¡Si no me va hablar deje de tocar mi puerta! Le gritó molesta. ¡Señora espere! corrió hacía la ventana mientras ponía el celular en modo vibrar. Soy el asistente del señor Gamboa, Uriel Gamboa.

Perlita se quedó en silencio no sabía si echarlo o recibirlo. Señora, ¿Podría hablar con usted? Por favor. Perlita sin responderle y sin haberlo pensado bajó para abrirle la puerta.

Buenos días, señora. Mire Uriel Gamboa se está muriendo -Se lo dijo sin esperar a que termine de cerrar la puerta con la naturalidad de un asesino o con la de quién no tiente ninguna empatía con el moribundo su celular vibraba y vibraba- Señor yo no soy doctora ¿A qué a venido? le respondió con rabia y desprecio. Ja, Ja... Eso ya lo sé, señora Sánchez. El señor Uriel Gamboa es el secretario general de la Confederación General de Trabajadores y aliado político de Fausto Sandoval del partido Unidad Directa... Oíga, oíga, ¿Por qué me está contando todo esto? yo no tengo nada que ver con su jefe me apena que esté así de enfermo, pero no entiendo hasta ahora, ¿Para qué a venido?

Señora Sánchez, aquí está en juego mucho pero mucho dinero de grandes corporaciones que ya han decidido que gane las elecciones Fausto Sandoval pero su catalizador en las masas es Uriel Gamboa. Sé que ustedes tuvieron una relación de hecho me han informado que era usted quién lo preparaba para postularse a la secretaría general, también sé que el señor Gamboa nunca la a olvidado y lo sé porque en sus borracheras grita su nombre, siempre lo hace.

Sé que usted debe de sentir un profundo desprecio por mi persona, la entiendo, yo voy directo al punto. En el mundo en el que nos desenvolvemos no podemos tomar tiempo para ser diplomáticos ni considerados en nuestros problemas internos. Los resolvemos y si no podemos los desechamos. Él es único, la sinergia que tiene con el alcohol es impresionante lo está matando pero también lo está encumbrando. Es uno de los políticos y dirigente sindical más reputado, yo personalmente me encargo de cuidar su imagen pero su estado emocional, allí, señora Sánchez nada puedo hacer.

¿No intentaron que deje de tomar? Vamos, vamos... Señora Sánchez, ¿Alguien como usted tan importante para él pudo hacerlo? Perlita rompió en ese instante todo trato educado y diplomático. Oye imbécil, ¿Tú qué sabes de mi o de él? ¿De nosotros? ¡Nada me oyes! Ustedes se lo llevaron así y lo utilizaron ahora ustedes asuman el costo de su gran líder de ese pobre alcohólico moribundo.

El joven se quedó callado sólo miraba y sentía a su celular vibrar y vibrar, sabía que después de lo que le gritó Perlita sólo le quedaba retirarse. Señora Sánchez voy a ser quizá por única vez honesto con alguien. Apagó su celular. A mi Uriel Gamboa me es chocante y hasta repulsivo, sí lo reconozco, y también reconozco que nos hemos utilizado mutuamente y hemos ganado mucho poder y dinero juntos. Más le confieso que he aprendido a respetarlo y al estar a su lado en los multitudinarios mítines viendo cómo domina y transmite energía y esperanza a esas masas he también aprendido a admirarlo. ¿Sabe? yo he desarrollado una teoría acerca de Uriel Gamboa para mi él tiene la sed de dios y cuando bebe y se enfrenta a todas esas masas de gente se endiosa y esas gente a él.

Ese pobre alcohólico moribundo a logrado unificar a casi todo el país, él era el candidato para la presidencia pero las grandes empresas nacionales y extranjeras y sus peones en la política no lo quieren. Ya sabe, ¿Quién querría de presidente a un alcohólico moribundo? De hecho en estos instantes ya están planeando su asesinato para después del día de las elecciones. Me imagino que ya sabrá que Uriel Gamboa va como primer vice presidente en la plancha de Fausto Sandoval, si gana Sandoval y lo va hacer será por Uriel Gamboa. ¿Ahora me entiende, señora Sánchez? Yo no he venido por encargo de nadie, yo soy todo lo que usted piensa de mi y más, se lo aseguro, pero asesino eso sí no soy y no quiero cargar con esa culpa además, Uriel Gamboa no tiene porqué acabar así.

Perlita lo oyó todo el tiempo con las manos hundidas en su rostro su menuda corporalidad parecía repentinamente pesarle hasta hacerla insostenible estaba abatida como el último día que vio a Uriel subirse a ese auto. Jaló sus cabellos hacia atrás para despejar su cara enrojecida. Tengo entendido que tiene esposa, lo leí en los periódicos, ¿Dónde está? Señora Sánchez conéctese por favor, mi trabajo es mostrar lo que la gente desea ver y saber de sus líderes esa mujer no existe fue una contratada para darle a Uriel Gamboa una imagen de hombre de familia. Si decide venir conmigo usted y Uriel Gamboa podrán estar juntos el tiempo que le quede de vida lejos muy lejos de todo esto, igual lo matarémos pero ya en apariencia de eso me encargo yo.

Perlita miró su pasado miró a Uriel ¿Me espera? Voy a bañarme y cambiarme de ropa. El joven asintió mientras volvía a encender su celular veinte minutos después ambos subían a un auto que esperaba en la puerta al verlo con atención Perlita se dio cuenta que era el mismo auto que se llevó a Uriel tres años atrás... Una opaca sonrisa asomó en sus labios.                                   







      

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